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lunes, 15 de abril de 2013

Como reaccionar cuando roban los niños


Cuando un niño roba, los padres naturalmente se preocupan por las causas del comportamiento del niño.
Es normal que un niño pequeño tome algo que exite su interés o que le llame la atención. Esto no se puede considerar como robo hasta que el niño sea suficientemente mayor, generalmente de tres a cinco años, y pueda entender acerca de que las cosas pertenecen a una persona en particular. Los padres tienen que educar de forma activa a sus niños acerca de los derechos a la propiedad y la consideración hacia los demás.
Cuando el niño se inicia en esta conducta, fácilmente la convierte en un hábito, pasando de pequeños hurtos en casa a robos cada vez mayores.
El robo también suele producirse como resultado de un sentimiento de frustración.
Algunas veces, un niño puede robar como muestra de valentía ante sus amigos, o para hacerles regalos y así aumentar su popularidad en la escuela.
Los padres deben de preguntarse si es que el niño ha robado por la necesidad de recibir mayor atención. En tales casos, el niño puede estar expresando ira o tratando de “cobrárselas” con sus padres, y el objeto robado se convierte en un substituto del afecto. Los padres deben de hacer un esfuerzo y darle más reconocimiento al niño como miembro importante de la familia.Algunas de las causas por las que un niño, al que no le falta nada, roba son:
1- por impulso, actúa sin reflexionar: desea un objeto y su egocentrismo no le deja darse cuenta de que deja a otra persona sin ese objeto.
2- por culpabilidad (para que le castiguen)
3- para tomar protagonismo ante compañeros,…
4- para compensar el sentimiento que tiene de carencia afectiva o de abandono
5- por agresividad, únicamente para perjudicar al dueño de aquel objeto, aunque despúes dicho objeto sea destruido o regalado.
Si los padres toman las medidas adecuadas, en la mayoría de los casos el robo cesa según el niño va creciendo. Los psiquiatras de niños y adolescentes recomiendan que cuando los padres se den cuenta de que su niño ha robado, ellos:
  • hagan que el niño a devuelva el objeto robado;
  • le digan al niño que él es un niño bueno pero que  robar es malo y ;
  • se aseguren de que el niño no se beneficie del robo bajo ninguna circunstancia;
  • eviten sermonearle, pronosticar el mal comportamiento futuro, o el decir que ahora se le considera al niño un ladrón; y
  • hacerle claro que su comportamiento es totalmente inaceptable dentro de las costumbres familiares y de la comunidad.
Cuando el niño ha devuelto la mercancía robada, los padres no deben de traer de nuevo el caso, de manera que el niño pueda comenzar “en limpio” otra vez.
En cuanto se observen indicios de esta conducta, los padres deben actuar, no deben dejar lo sucedido en algo ignorado. No debe culpabilizarse al niño: “de ser malo” no es el niño, sino la acción de robar que ha realizado. Se hablará sobre lo sucedido, sobre cómo poder reparar el daño realizado y, si es posible, pedir disculpas a la persona afectada.
Según la gravedad o la persistencia de esta conducta se hará precisa la intervención de un psicólogo infantil.


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